Para Zhang Guobao, quien lidera la administración nacional de energía de China, la existencia de centrales eléctricas en el área urbana de Beijing desmerita su imagen de metrópolis.
Aquellas imágenes del cielo cenizo de contaminación sobre la capital china en los días previos a los juegos olímpicos dañaron la imagen del anfitrión y dieron leña para quemar a los críticos del gobierno.
Nada que quiera repetir, así que está considerando trasladar las últimas cuatro centrales eléctricas de carbón que quedan en Beijing fuera del área municipal de la ciudad, en un esfuerzo por mejorar la calidad del aire.
Las cuatro centrales, propiedad de Huaneng Power International, Datang International Power Generation Co Ltd, China Shenhua Energy y Beijing Jingneng Thermal Power Co Ltd (para los que pensaban que en China no existe el capitalismo), tienen una capacidad total de generación de energía de cerca de 2,7 gigavatios.
Todavía no es momento de celebración, pues el plan no ha sido aprobado aún y no se ha dado fecha para la mudanza, por no decir que mudanza no es lo mismo que desaparición, así que esas centrales dejarán de contaminar Beijing para ir a contaminar a otra parte.
Además, la aplicación del plan aumentaría la demanda de gas.
Las centrales de carbón de China producen alrededor de 80% de la producción nacional de electricidad del país.
Este agosto, el consumo de energía de Beijing alcanzó un récord de más de 14 gigawatios y más de dos tercios del suministro fue generado fuera de la ciudad.
El consumo de gas de las centrales eléctricas en Beijing alcanzaría los 13 millones de metros cúbicos para el año 2020 si todas las plantas de carbón son sustituidas por turbinas de gas.
Como resultado, la construcción de gasoductos, instalaciones de gas natural licuado y tanques de almacenamiento subterráneo deben acelerarse.
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