¿Recuerdan la guerrilla gardening o jardinería de guerrilla? Sí, eso de ocupar espacios públicos abandonados y convertirlos en parques y jardines para uso y disfrute de la población.
Parece que esta peculiar forma de activismo va extendiéndose en diferentes ciudades del mundo que, curiosamente, se encuentrán sumidas en una crisis inmobiliaria y financiera.
Por ejemplo, Atenas.
La capital de Grecia, edificadísima por todos lados, carece prácticamente de espacios públicos como parques y plazas.
Urbanistas y arquitectos plantean sus propuestas pero, ante el recorte del gasto público anunciado por las autoridades tras el descalabro financiero, parece que va a ser que no.
Al menos, no por esa vía.
Pero se abren otras, puesto que nadie construirá nada en muchos solares en los próximo años debido a la crisis…En el barrio de Exarchia, en pleno corazón de la capital y escenario de los disturbios callejeros del 2008 por la muerte del el joven estudiante Alexis Gregoropoulos, grupos de jóvenes han empezado a convertir lugares abandonados en espacios públicos, se han lanzado a la guerrilla gardening.
Por ejemplo, olivos, plátanos, geranios, bancos cubiertos de mosaicos de céramica rota, y un parque infantil han nacido en lo que fuera un viejo parking propiedad de la Cámara de Arquitectos Técnicos.
Estudiantes, jóvenes y vecinos del barrio lo llenan, lo disfrutan y lo llenan de vida.
Una asamblea es la que se encarga de gestionar este espacio público recuperado al cemento y al asfalto.
Todo empezó hace un año cuando un grupo de activistas y vecinos tomaron la plaza para convertirla en jardín.
Meses después, la Cámara y el Ayuntamiento optaron por ceder el espacio, todo un triunfo para la guerrilla gardening y algo muy distinto de lo sucedido en Barcelona con el caso del Forat de la Vergonya.
En el barrio colindante de Kypsali, otros activistas de la jardinería de guerrilla detuvieron la construcción de un parking subterráneo para luego plantar árboles por doquier.
La guerrilla gardening avanza pues en capitales como Atenas, donde la burbuja inmobiliaria se pinchó…Vía