Nop, no es nieve lo que cubre las calles de Cleveleys, en Inglaterra, como se ve en el vídeo que acompaña este post.
Tampoco se desbordaron a la vez todas las lavadoras del pueblo por exceso de jabón.
No parece ser una sustancia química contaminante arrastrada por el mar.
Parecen ser algas en descomposición.
Parece pero, en realidad, nadie está seguro.
He aquí los hechos.
Cleveleys es una pequeña ciudad situada en la costa Fylde de Lancashire, en el noroeste de Inglaterra.
El miércoles, conductores y peatones que transitaban por Princess Promenade, una vía de la ciudad que bordea el mar, presenciaron como el fuerte viento arrastraba desde el mar copos de una suerte de espuma blanca, hasta cubrir completamente el pavimento, los coches y hasta las casas aledañas.
La Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido sospecha que se trata de algas en descomposición.
Al parecer, sucede cuando las mareas y los vientos se combinan para batir la materia de las algas muertas que está en el fondo del mar, produciendo la espuma que luego la marea arroja hacia la costa.
No es la primera vez que esto sucede.
Un vecino ha declarado a la Blackpool Gazette que el fenómeno se produce una vez cada pocos años.
Sin embargo, este año ya ha ocurrido tres veces.
Las muestras tomadas por la Agencia en las dos primeras ocasiones no mostraron señales de detergentes o contaminantes.
Las algas se las traen.
En julio de 2009, en las costas del norte de Alaska fueron avistados unos pegotes negros, apestosos, pringosos y peludos, de los que los exámenes de laboratorio revelaron que estaban formados por materia orgánica, no procedente del petróleo ni peligrosa.
Dos meses más tarde, algunas playas de la Bretaña francesa se cubrieron de algas en descomposición que despedían gases de sulfuro de hidrógeno, tan tóxico que un caballo murió por inhalarlos.
El Instituto Francés para la Investigación y Explotación del Mar atribuyó el fenómeno a los nitratos que se utilizan en agricultura y que han ido a parar al mar, contaminándolo.
Vía
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