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El difícil adiós del clorofluorocarbono en los inhaladores para el asma

En los últimos años, muchas personas con asma han tenido que enfrentarse a una transición.
En el Protocolo de Montreal se prohibió la producción de clorofluorocarbonos.
Los clorofluorocarbonos o CFC se utilizan como refrigerantes y como propelentes en inhaladores.
Desafortunadamente han sido la principal causa de la destrucción de la capa de ozono.

La capa de ozono limita la cantidad de radiación solar que llega a la Tierra y el adelgazamiento de esta es probablemente el responsable de los crecientes niveles de cáncer de piel que se registran en el mundo.
A finales del año pasado, la mayoría de los inhaladores con CFC se eliminaron del mercado.

Hay otras alternativas, sin duda.
Desde la década de 1990 los inhaladores de polvo seco han estado disponibles.
Estos inhaladores no requieren de propulsores.
El más popular inhalador de polvo seco es el Advair (fluticasona y salmeterol).
Otros inhaladores de polvo seco incluyen Asmanex (mometasona), Pulmicort (budesonida) y Foradil (formoterol.
) Todos estos inhaladores son para uso cotidiano, pero no sirven para procedimientos de emergencia.

Y en estos casos de emergencia, los inhaladores con clorofluorocarbonos eran muy efectivos.
El sustituto actual para este propulsor es el HFA (hidrofluoroalcano) que no es perjudicial para la capa de ozono.
Si bien algunas personas han hecho la transición con facilidad a otros no les gusta el cambio.
En los estudios, los inhaladores HFA parecen tener mejor o igual deposición pulmonar que sus predecesores.
Sin embargo, usar un inhalador HFA es una experiencia diferente.
El soplo del inhalador es más suave y con un sabor ligeramente dulce.
Algunas personas sienten como si no hubiesen recibido el medicamento.
Esto es más probable porque el propulsor es más ligero.
Otra diferencia es que el HFA puede tapar el agujero de salida del medicamento.
Por eso recomiendan lavar el cabezal de salida una vez a la semana con agua caliente.
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