La Food Standard Agency, agencia del gobierno británico encargada de normar sobre la seguridad alimentaria, se ha convertido en mi libro de cabecera en cuanto a normas de almacenaje y conservación de los alimentos se refiere.
De allí he sacado consejos interesantes para guardar los alimentos en la nevera y el congelador, y ahora os transmito algunos sobre los envoltorios que solemos usar.
No, no se deberían guardar latas ya abiertas a medio usar en la nevera.
Si el contenido de la lata no se ha usado completamente, es mejor traspasarlo a un contenedor de plástico o vidrio.
Puede hacerse en el caso de aquellos alimentos que vienen en latas con tapas especiales, como el cacao en polvo, que indican específicamente que se pueden guardar así, pues ese tipo de alimentos no reaccionan con el latón.
Igualmente, el papel de aluminio, o los envases hechos de este material, no debería usarse para envolver o almacenar alimentos altamente ácidos como los tomates, el ruibarbo, la col o repollo y muchos tipos de frutas suaves.
La razón es que el aluminio puede afectar el sabor de este tipo de productos.
El film transparente, que parece tan inofensivo, parece no serlo en todos los casos.
Se puede usar en el microondas, pero no debe estar en contacto con los alimentos en ese caso.
Por alguna razón que la agencia de salud alimentaria del Reino Unido no explica, el film transparente sólo puede estar en contacto con alimentos con alto contenido graso, como carnes fritas, algunos quesos y bizcochos con una capa de glaseado.
Sin embargo, he leído en la web de Alimentación Sana que el papel transparente hace que los quesos suden más, lo que favorece el crecimiento de moho.
Ante la duda, lo mejor quizá sea guardarlo en un recipiente de plástico no hermético.
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