Los dibujos animados siempre pintan al demonio de Tasmania como un animal agresivo, y tan mala prensa ha acabado pasando factura a la especie.
Ahora, para salvarlos de la extinción, una campaña australiana difundirá una imagen más amable del animal.
Esta campaña, iniciativa del Zoológico de Taronga, en Sydney, se realizará a traves de una exposición que hablará de la docilidad de este marsupial carnívoro, el más grande que existe, con el objetivo de que el público australiano comprenda su valor y colabore con los proyectos que hay en marcha para salvarlo.
Tal y como ya dijimos, un cáncer tumoral contagioso ha reducido su número de forma dramática, y se teme que lo haga desaparecer por completo en los próximos veinte años, según los expertos.
Los costosos planes de recuperación de la especie, cuyo futuro depende de las donaciones de la gente, consisten en la apertura de numerosos centros de reproducción en todo el continente.
Su función es la de lograr el apareamiento de los demonios que no sufren esta terrible enfermedad.
Posteriormente, se pretende enviar 1.
500 a 20 parques zoológicos en los próximos años.
¿Pero, de dónde les viene la mala fama? Hay que reconocer que toda la culpa no es de los dibujos animados.
Mucho antes, los colonos británicos ya tenían la fea costumbre de llamarlos “diablos”, por sus gritos ensordecedores y sus fuertes mandíbulas.
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