Australia acaba de otorgar sus primeros permisos de exploración petrolífera costa afuera de su historia a la petrolera anglo-holandesa BP, responsable del catastrófico derrame que entre abril y mayo de 2010 contaminó el golfo de México.
BP podrá explorar a profundidades de más de 4.
600 metros frente a la costa del estado de South Australia.
Otros tres permisos han sido concedidos a las empresas canadienses Woodside Energy, Riverina Energy y Finder No.
4.
Aunque parezca un chiste, el gobierno australiano advirtió ayer que, antes de permitírsele perforar en busca de crudo, BP deberá demostrar estándares de seguridad superiores a los que aplicó en el desastre del golfo de México.
Faltaría más.
BP ya tiene participación en los campos de extracción de gas de Gorgon y del Northwest Shelf en el estado de Western Australia.
Pero esta es la primera vez que aplica para conseguir sus propios permisos de exploración en el país, algo que hizo años atrás, antes de provocar el peor derrame de la historia de los Estados Unidos frente a la costa de Louisiana.
Como consecuencia del citado desastre, en Estados Unidos los legisladores demócratas presionan para establecer condiciones y regulaciones de seguridad más estrictas a las petroleras que operan mar adentro.
Lo mismo parece que está sucediendo en Australia, no sólo por lo sucedido en el golfo de México sino porque en agosto de 2009 se produjo el peor vertido petrolero de su historia: más de 400 barriles de crudo se virtieron diariamente durante 11 días en el norte del país.
Un informe gubernamental fechado en noviembre apuntó que parte de la culpa se debía a regulaciones estatales demasiado laxas.
Por ello, el gobierno anunció ayer que planea imponer regulaciones más estrictas a nivel nacional para la industria petrolera costa afuera.
Se marcó como tope enero de 2012, siendo 2013 o 2014 la fecha prevista para que BP inicie sus operaciones de exploración.
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