Los precios se desploman, pero el del marfil sube.
Por ello, la supervivencia de los elefantes de Indochina se encuentra amenazada, señala en un estudio aparecido hoy TRAFFIC, una organización de monitoreo del comercio de la vida salvaje.
La caza ilegal de estos grandes mamíferos del sureste asiático por sus colmillos se concentra sobre todo en Laos, aunque también tiene lugar en Vietnam y Camboya.
Tras visitar 669 tiendas en Vietnam, TRAFFIC descubrió que en el 11% había objetos de marfil en venta.
Ahí es donde se registran los precios del marfil ilegal más elevados a nivel mundial.
Y según las leyes de la oferta y la demanda, la única explicación es que la demanda se mantiene alta.
Así, se pagarían hasta 1.
500 dólares por kilo de marfil en la venta al por mayor, y 1.
863 por kilo al detalle.
Se han registrado cambios en la compra-venta: se tiende a evitar cada vez más las tiendas, y a que el contacto se haga directamente con el cliente a través de intermediarios o de internet.
La situación es preocupante porque la tendencia señala un aumento en la presión sobre la ya frágil situación del elefante asiático.
Según datos de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza, sólo quedarían un máximo de 1.
000 elefantes en Laos y alrededor de 150 en Vietnam.
En informes precendentes, TRAFFIC ya denunció que el contrabando de elefantes vivos y de su marfil estaba muy extendido, y que a menudo llegaban de la vecina Myanmar.
La mayoría de los compradores son de China (Hong Kong y Taiwan incluidos) y Tailandia, pero también vietnamitas locales y turistas americanos y europeos tendrían su parte de responsabilidad.
La picaresca funciona así: aunque el comercio de marfil está prohibido en Vietnam desde 1992, las tiendas sí pueden vender los stocks de marfil que tuvieran acumulados hasta esa fecha, por lo que muchos comerciantes sencillamente retocan sus inventarios e incluyen objetos de marfil tallados recientemente.
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