El gobierno del Reino Unido está tan preocupado por el decrecimiento en la población de abejas de miel -un problema del que os hemos contado en este blog- que un comité muy influyente ha dicho que debería destinar más dinero a la financiación de la investigación sobre este problema.
La paulatina y sostenida disminución de estas abejas no sólo implica una disminución en la producción de miel sino que también tiene un efecto negativo en los cultivos y se ha convertido incluso en un problema de seguridad pública.
Las abejas cumplen una labor importante en la polinización de los cultivos, una labor que, de hecho, vale 232 millones de euros a la economía agrícola, de acuerdo con la información que posee el comité.
Para el gobierno británico puede que no sea un problema ecológico, pero sí que lo es desde el punto de vista económico.
De acuerdo con las estadísticas gubernamentales, el número de abejas ha caído entre 10% y 15% durante los últimos dos años.
Sin embargo, una estadística de la British Beekeepers Association -asociación que vigila el desarrollo de estos insectos- sugiere que una de cada tres colonias del Reino Unido -hay unas 250 mil- no sobrevivieron al invierno de 2008.
Uno de los problemas para atajar el decrecimiento en la población de abejas es que no se comprenden exactamente por qué su salud se está deteriorando.
Algunos expertos apuntan a una enfermedad específica de las abejas, la transmitida por el parásito Varroa destructor.
El uso de pesticidas también puede ser una variable.
Francis Ratnieks, el único profesor sobre abejas del Reino Unido, ha advertido acerca de la expansión de la misión de investigar insectos que realizan polinización, ya que en un principio se comenzó por una preocupación política y actualmente se ha extendido a todo lo relativo a la polinización.
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