Las grandes pero escasas áreas marinas protegidas deberían ser sustituidas por una red de pequeñas zonas en las que la pesca esté prohibida, más efectivas para proteger los arrecifes de coral.
Esa es la conclusión de un estudio realizado por el Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la Universidad de Naciones Unidas.
Peter Sale, director de dicho estudio, ha dicho a Reuters que la mayoría de las grandes áreas marinas protegidas que han sido creadas durante décadas son totalmente inefectivas.
El enfoque de áreas protegidas individuales que ha sido común hasta ahora no ha funcionado bien.
Entre otras razones, porque los peces y las larvas de las criaturas marinas pueden nadar o ser arrastradas largas distancias más allá de las áreas protegidas.
Así, los límites de las grandes áreas protegidas que los gestores marcan en los mapas han demostrado ser poco relevantes en el mar.
Sin embargo, áreas protegidas pequeñas y cercanas entre sí en los arrecifes más vulnerables pueden ser más efectivas y mejor aceptadas por los pescadores.
El arrecife de las Gran Barrera de Coral de Australia es un buen ejemplo de cómo pueden funcionar las redes.
Allí, se ha mantenido un balance entre la necesidad de la población de pescadores y la conservación de la vida marina, con una red de zonas protegidas intercaladas con otras abiertas al turismo y a la pesca.
El estudio de Naciones Unidas se convertirá en un libro de trabajo para servir de referencia a los funcionarios y los científicos encargados del establecimiento de las zonas protegidas.
Vía
Las lluvias torrenciales y sus efectos en la población y la infraestructura española
Análisis de la gestión de emergencias tras la devastadora dana en Valencia