El cambio climático está amenazando las costas de la Aquitania francesa.
La erosión se cierne sobre 270 kilómetros de costa Atlántica y, de acuerdo con un estudio publicado en 2006 por el programa europeo LIFE, 13 comunidades costeras son puntos calientes de erosión.
En juego están el estuario del río Gironde, deltas, playas y las dunas más grandes de Europa.
Con el cambio climático viene el ya conocido aumento del nivel del mar, tormentas más violentas y, en la Bahía de Vizcaya, un aumento de las precipitaciones.
Como resultado, las playas de Aquitania se están quedando sin arena, los acantilados se están deslizando hacia el mar y las dunas, que actúan como barrera protectora de los bosques del interior, así como de los pueblos y los caminos, están en peligro.
Sólo 10% de la costa está poblada, pero esta población depende en gran medida de los 1,4 billones de euros que cada año, entre mayo y septiembre, se dejan los turistas que visitan las playas de la región.
Casi todas las soluciones propuestas implican el movimiento de arena de un lugar a otro.
En las playas de Pyla ha sido necesario esparcir 100 mil metros cúbicos de arena en la costa, tomados de un banco a 200 metros de distancia de la playa, en una operación que duró dos días y costó 200 mil euros.
Más al Sur, en la parte francesa del País Vasco, el pueblo de Guethary gastó 70, mil euros el año pasado para estabilizar un tramo de 300 metros insertando tuberías en los acantilados para drenar el agua.
Vía
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