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Residuo de central termoeléctrica causa grave vertido contaminante

El 22 de diciembre se rompió un dique de contención de la balsa de acumulación de los lodos de residuo de la central termoeléctrica de carbón en Kingston, Tennessee, USA, perteneciente a la empresa de titularidad pública TVA.
Así explicado no parece nada extraordinario, pero la balsa en cuestión tenía una superficie de 160 hectáreas y acumulaba la mezcla de cenizas y agua generada como residuo por la operación de la planta.

La ruptura del dique causó el derramamiento de más de 3,5 millones de metros cúbicos del residuo en el valle donde la central está ubicada, llegando a los cursos de agua próximos.
Este accidente constituye el mayor vertido de este residuo en USA hasta el momento.

Las autoridades aseguraron en un primer momento que el agua de consumo de la zona seguía siendo segura.
Sin embargo, el 1 de enero, la Appalachian State University analizó muestras de agua tomadas en diferentes puntos de superficie de los cauces afectados, y detectaron presencia de tóxicos en concentraciones hasta 300 veces superiores a los máximos establecidos para el agua potable.

Supongo que el mensaje tranquilizador de las autoridades se referiría al agua embotellada, y habrán pensado así porque todavía no habrán leído las recomendaciones de Ecologiablog para el 2009.
Los análisis independientes han revelado presencia en el agua de casi toda la tabla periódica de los elementos: arsénico, bario, cadmio, cromo, plomo, mercurio, níquel, talio… se han liberado al ecosistema en concentraciones nocivas.
Muchas de estas sustancias, además, son bioacumulativas, permanecerán en la cadena trófica por mucho tiempo.
La zona afectada cuenta con un terreno muy poroso y rico en acuíferos subterráneos, con lo cual es difícil predecir el alcance de la tragedia.
Las cenizas de las centrales térmicas de carbón son un residuo de difícil gestión.
El carbón en estado mineral contiene trazas de metales pesados y otros elementos, y esas sustancias se concentran en las cenizas producto de la combustión.
En algunas centrales, la ceniza es separada de los humos mediante uso de agua, lo cual genera los lodos como los que se han vertido en este caso.
Una parte de las cenizas puede ser reutilizada como materia prima para producir hormigón.
El resto forma un residuo inerte, pero peligroso para los acuíferos y voluminoso.
La solución habitual es trasladar las cenizas a vertederos que luego son cubiertos con tierra y escondidos bajo un “paisaje restaurado”.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
Desconocemos cuáles eran los planes para esa inmensa balsa de lodo tóxico de los responsables de la central de Kingston, supongo que esperar a que algún día se desintegrase por arte de magia.
El carbón produce el 41% de la energía eléctrica que se consume en el planeta, y no faltan quien dice que el carbón tiene y tendrá un papel muy importante en suministrar nuestra energía, porque es barato – me pregunto si lo seguirá siendo en el momento en que se incluyan todos los costes ambientales en la ecuación.
¿Y el efecto invernadero? A esto dicen que la captura y almacenamiento de CO2 será la solución.
Bueno, pues parece que hay muchas otras cosas que tendrán que mejorar si quieren que le podamos “carbón limpio”.
Parece mentira que tengamos que darnos cuenta de algunas cosas sólo después de que ocurre la tragedia ante nuestras narices.
Sólo después del vertido de petróleo del Exxon Valdez se tomó la decisión de hacer obligatorio el uso de petroleros de doble casco (ojo, que también pueden hundirse).
¿Conseguiremos que algo así no vuelva a pasar?Vía

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