De acuerdo con un nuevo estudio del Worldwatch Institute and Ecoagriculture Partners, una lucha efectiva contra el cambio climático implica necesariamente un cambio en la relación que los humanos mantenemos con el suelo, el tercer reservorio de carbón más grande del mundo.
Si se cambia la forma en la que gerencia la tierra y se producen los alimentos, se podrían contrarestar 25% de las emisiones mundiales de combustible fósil.
El título del estudio es Mitigating Climate Change Through Food and Land Use, y estima que la agricultura y el uso de la tierra son responsables de un tercio de las emisiones de CO2.
De allí que cualquier estrategia a poner en práctica para la transición a una economía más baja en carbón debe contemplar la reducción de emisiones en la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra.
Entre las estrategias propuestas por el informe para reducir la emisión de CO2 en las actividades relacionadas con la explotación del suelo está la minimización de la labranza, la reducción de fertilizantes de nitrógeno y la prevención de la erosión.
Estas acciones maximizarían la habilidad del suelo para absorber carbón.
La mitad de las emisiones generadas por el uso de la tierra y la agricultura pueden ser producidas por el ganado.
Su impacto puede ser reducido a través de la captura de gas metano, un pastoreo rotacional y una mejor alimentación.
Hace poco os comentamos un experimento que se está realizando en Estados Unidos con respecto a esto último.
La protección del hábitat natural, aunque parezca contradictorio con la explotación suelo, es importante.
El control de la quema puede reducir la frecuencia de incendios.
Por último, es importante restaurar las cuencas hidrográficas y los pastizales degradados.
Vía
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