Científicos han analizado la genética de 10 razas de perros con pedigrí y han encontrado respuesta a ciertos rasgos distintivos.
La investigación identificó 155 lugares en el código genético de los animales que podrían desempeñar un papel fundamental en las particularidades físicas de cada raza.
En el Shar pei, por ejemplo, el equipo encontró diferencias en un gen conocido como HAS2 que produce una enzima conocida por su importancia en la producción de piel.
Joshua Akey, del Departamento de Ciencias del Genoma de la Universidad de Washington, afirma que, en algún momento, una mutación hizo que un perrito tuviese la piel muy arrugada y al criador le pareció tan interesante que se dispuso a criar selectivamente este rasgo, es decir, a aparear a los ejemplares que tuvieran esta característica más marcada.
Así nació el Shar pei.
Akey y sus colegas estudiaron a 32 ejemplares de Shar pei arrugados y 18 de piel lisa.
Compararon un tramo específico de su ADN con el de otras razas y encontraron cuatro pequeñas, pero significativas, diferencias en la genética de los dos tipos de piel del Shar pei en comparación con las otras razas.
Estos polimorfismos de nucleótido único (SNP), como se les llama, se encuentra en el gen HAS2.
El pedigrí del perro se ha convertido en una fascinación y una herramienta de investigación muy útil para los genetistas.
La domesticación del lobo gris, hace más de 10.
000 años, y la cría selectiva que siguió, se ha traducido en más de 400 razas, cada uno con un físico distintivo, un color de pelaje y un temperamento propio.
El nuevo estudio comparó la genética de 10 grupos de pura raza.
Estas poblaciones dieron a los científicos la oportunidad de comparar y contrastar la genética de los diferentes grupos, por lo que fue más fácil encontrar las causas de ciertos rasgos.
El mejor amigo del hombre está ayudando a los científicos a localizar genes defectuosos que causan enfermedades en perros y seres humanos, además de dar información útil sobre cómo trabaja la evolución a nivel molecular.
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