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Los monos tamarinos reconocen los errores gramaticales

Esta va para Valjean, compañero de blog cuya noticia sobre el descubrimiento de una subespecie de mono tamarino en el Amazonas seguro habéis leído.
Vamos, para él y para todos los seguidores de la especie de mono en cuestión, he aquí una razón más para quererles: saben de gramática.

En un artículo publicado en la revista Biology Letters, un grupo de investigadores afirma que los monos tamarinos de cresta blanca son capaces de reconocer cuando una palabra no coincide con un orden aprendido de sílabas.
Alguno dirá que es puro entrenamiento.

Pues vaya, ya os digo que yo conozco a muchos que se han estado entrenando desde los seis años hasta la facultad y todavía este truco no lo tienen muy bien controlado.
A lo que iba: los científicos familiarizaron a los monos con términos compuestos de dos sílabas y registraron sus reacciones cuando se les enseñaba palabras que no seguían el mismo patrón.
Para el equipo, estos resultados muestran que muchos animales usan patrones que han pasado a ser intrínsecos al lenguaje humano, y proporciona evidencia del origen no idiomático de algunos aspectos del lenguaje.

Los Tamarinos no fueron entrenados para responder a palabras reales sino que se familiarizaron con patrones: prefijos y sufijos.
Se les hizo escuchar un juego de palabras simples que mantenían el mismo sufijo y variaban la primera sílaba.
Por ejemplo: bi-shoy, la-shoy.
De igual forma se acostumbraron a una serie de palabras muy sonoras con prefijos: shoy-bi, shoy-la, shoy-ro.
Las sesiones duraban quince minutos.
Al día siguiente, los monos fueron puestos a prueba: los investigadores les presentaron nuevas palabras que eran coherentes con el patrón que habían aprendido -con el “shoy” en el lugar correcto- y otras palabras que eran incompatibles con el modelo familiar.
Se midió la frecuencia en que los monos miraban los altavoces mientras se reproducían las palabras.
Los Tamarinos no reaccionaban a las palabras aprendidas, por aburrimiento al patrón, pero prestaban inusual atención a las palabras que violaban la norma.
Marc Hauser, uno de los investigadores de la Universidad de Harvard que participó en el experimento, afirma que estos resultados son muy importantes porque muestran cómo el lenguaje humano ha incorporado, mediante procesos de memoria, palabras que no son específicas del idioma.
Y en este proceso la sonoridad y el orden juegan un papel clave.
En el canto de los pájaros o el canto de ballenas, por ejemplo, hay un tiempo para ordenar las notas y eso es fundamental para la comunicación.
En los primates, el orden en el aprendizaje es de vital importancia, explica Hauser.
En el uso de herramientas, por ejemplo, los primates aprenden que primero se hace una cosa y luego otra, aprenden las secuencias.
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