Según leo en Terra, el látex natural se obtiene a partir de la savia extraída del árbol tropical Hevea brasiliensis, así que se trata de material natural, renovable, biodegradable y que no emite compuestos volátiles.
También hay colchones cuyo núcleo es de soja natural o de fibra de coco, y llevan fundas de lana virgen o de crin de caballo.
Los materiales naturales, de origen animal, como las plumas, o vegetal, como el algodón y el cáñamo, son más transpirables y menos agresivos con nuestra piel que los sintéticos, de allí que haya cada día más productos de cama fabricados con ellos, desde colchones hasta sábanas.
Las almohadas y sábanas son asuntos delicados, pues están en contacto directo con nuestra piel.
En primera instancia, una almohada rellena de plumas de oca, de cáñamo o de espelta serán siempre mejores que una de relleno sintético.
Afortunadamente, en el apartado de ropa de cama hay mucho más para escoger.
En el blog Ecotrendy, por ejemplo, hacen referencia a la marca Sixtygreen, cuyas sábanas están hechas de satin 100% ecológico y su color verde no proviene de tintes sino del algodón verde.
Incluso los botones con los que se cierra la funda nórdica son las semillas de una palmera de Suramérica.
Muchas de las marcas más conocidas tienen productos de algodón orgánico, lino puro y hasta de bambú.
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