El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) cumple medio siglo con un mal augurio de fondo.
Lamentablemente, según el último estudio publicado por la organización, 230 millones de hectáreas de bosques están amenazados de desaparecer de aquí al 2050.
La Tierra puede perder buena parte de su verde si esta previsión se cumple y, por descontado, ello tendría también tremendas consecuencias climáticas (los bosques son importantes sumideros de carbono), sobre la biodiversidad y el desarrollo económico.
¿Qué hacer? Actuar, sin duda.
El WWF tiene bien claro que el mundo ha de mover pieza, cuanto antes y de forma estratégica (léase aquí desarrollo sostenible), si quiere conjurar la amenaza que se cierne sobre la masa forestal a nivel planetario.
A tal fin, la ong ha pedido a la comunidad internacional acabar con la deforestación y la degradación de los variados ecosistemas forestales.
Según el informe publicado ayer por la organización, la seriedad de la cuestión está fuera de duda, y amenaza el status quo.
Así lo explica Philipp Göltenborth, responsable alemán de bosques de WWF.
: Los bosques ofrecen los medios de subsistencia al hombre y a las especies naturales, pero también dan recursos a numerosas empresas.
Por lo tanto, detener la deforestación no debe ser un objetivo de la esfera política, únicamente.
(Traducción libre)Vía
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