El Tesla Roadster es seguramente el más deportivo y veloz de los coches eléctricos.
Un ejemplo de diseño y potencia que sedujo al gobernador de California Arnold Schwarzenegger, que hace un año se compró uno para dar ejemplo de sostenibilidad y de respaldo a las empresas de su estado.
A pesar de haber alabado este vehículo eléctrico en público en repetidas ocasiones, ahora sale a la luz la noticia de que quiere que le devuelvan el dinero.
Y resulta que desde hace meses lo viene reclamando.
¿Por qué?La noticia la ha dado el equivalente a nuestro Cotilleoblog en Silicon Valley, el blog Gawker.
Pues bien, el motivo no tiene que ver con que las prestaciones del vehículo no sean las óptimas, o que la autonomía de las baterías sea reducida, o los sistemas de seguridad no ofrezcan garantías, no, nada de eso.
El portazo al Tesla Roadster de Schwarzenegger se debe a que ¡no cabe en el él! Es demasiado grandullón para tan limitado espacio y… no está cómodo.
Como es obvio, el fabricante, Tesla Motors, se ha guardado muy mucho de hacer público este rechazo a su vehículo estrella.
En época de vacas flacas perder el respaldo de una personalidad pública relevante como lo es el gobernador de California pues, no nos engañemos, un palo para la imagen de la empresa.
Por ello se ha mantenido en secreto hasta que la verdad ha salido a la luz.
Y es que Tesla Motors, con sede en Silicon Valley, ha tenido dificultades a la hora de encontrar financiación para su Modelo S sedan, prototipo que justamente hoy será presentado en Los Angeles.
De hecho, la difícil tesitura económica que atravesamos a nivel global no sólo se ha cebado con las grandes compañías de Detroit, sino también con las que apuestan por los vehículos ecológicos.
Así, en otoño Tesla Motors tuvo que renunciar a sus planes para construir una nueva fábrica en San Jose, y ahora reza para que el Departamento de Energía le conceda algunos créditos.
Por su parte, el bueno de Arnold tampoco ha publicitado el asunto.
Tal vez por apoyar a Tesla Motors en estos difíciles momentos que vive el sector o, tal vez, porque se sienta un poco estúpido por haberse gastado la friolera de 100.
000 euros que cuesta tan flamante coche… sin haberlo probado antes.
Porque está claro que, de haberlo hecho, este desaguisado absurdo no habría tenido lugar.
¿A quién se le ocurre comprarse un coche sin tan siquiera entrar en él? Vía