La industria textil acaba de contratar a un nuevo Director General encargado del Departamento de Residuos.
Su función es poner en marcha un ambicioso Plan de reciclaje de desechos a largo plazo.
La negociación del contrato ha sido sencilla: ni despacho con vistas, ni blindaje por rescisión, ni stock options, ni siquiera coche de empresa.
El nuevo y flamante fichaje no ha llegado desde el departamento de RR.
HH.
sino recomendado por el de I+D.
Se trata de… una lombriz.
Quien le iba a decir a la industria textil de la India que un pequeño ser vivo iba a ser quien solucionara sus problemas de residuos, una cuestión que trae de cabeza a sus responsables.
Lo cierto es que los residuos producidos por esta industria son difíciles de eliminar.
Nos referimos a un lodo sólido y venenoso que no encuentra lugar en los vertederos y para el que la incineración tampoco es una opción.
Los costes de eliminación se disparan y la tentación de acudir a vías inciertas en el plano legal y poco éticas en lo medioambiental es un hecho.
Sobre todo en países como India o China, que fabrican grandes cantidades de textiles para la exportación y el volumen de residuos crece y crece sin parar.
Ante grandes males, pequeños remedios.
El remedio, en este caso, responde al nombre de Eisenia foetida, una lombriz de tierra que crece en la vegetación en descomposición y los excrementos animales.
Y no es nueva en el negocio, pues se trata de una de especie criada comercialmente para crear compost, que es una manera exquisita de decir abono.
En fin, una alternativa (de coste asumible, algo importante) para la eliminación de unos residuos industriales que traían de cabeza a industria, instituciones y ecologistas.
Ya conocemos a la Eisenia foetida, pero no a sus socios en la expansión del negocio.
Hablamos de los responsables de la investigación: Vinod Gard, Renuka Gupta y Priya Kaushik.
Los tres trabajan en la Guru Jambheshwar University of Science and Technology de Hisar (India) y relatan pormenorizadamente cómo llevaron a cabo el experimento.
Si estás en la hora del desayuno, el tentempié de media mañana o la merienda, igual no es el mejor momento para afrontar la lectura del próximo párrafo.
Detalla el trío de investigadores en el informe publicado en International Journal of Environment and Pollution como las lombrices de tierra se añaden al lodo de origen textil que contiene un alto nivel de contaminantes.
Éste, con anterioridad, ha sido mezclado con estiércol de caballo y orina de vaca.
Ese es el inicio de un proceso que dura seis meses y que cambia las propiedades físicas y químicas de la mezcla hasta convertirlo en una masa homogénea.
Estos gusanos de tierra logran la hazaña: un descenso del PH alcalino, disminución de la proporción de carbono y aumento de la cantidad de nitrógeno y fósforo, necesaria para el crecimiento de las plantas.
Aunque suene sencillo, por favor, no intentes el experimento en casa.
Tus familiares y vecinos lo agradecerán.
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