La comparación es inevitable: ¿será Marina Silva la contraparte Suramericana -y femenina- de Barack Obama? Ex ministra de Medio Ambiente del gobierno de Luiz Inácio da Silva, militante del Partido de los Trabajadores durante 30 años, ha renunciado a ambas cosas debido, según ella misma ha declarado, a la creciente oposición que encontró en el seno del gobierno hacia sus iniciativas medioambientales, y especialmente hacia la explotación del Amazonas.
Ahora el rumor que circula por todos los medios de comunicación brasileños es que podría ser la candidata presidencial del Partido Verde en las elecciones del 2010.
También es un rumor que otra mujer podría ser la candidata presidencial del Partido de los Trabajadores: Dilma Rousseff, quien fuese encargada de poner en marcha el plan que ha superpuesto el crecimiento económico a la protección del Amazonas.
En su carta de dimisión al presidente del Partido de los Trabajadores, Silva dijo que su decisión era un intento de romper con la idea de desarrollo basado en el crecimiento material a cualquier costo, con grandes ganancias para unos pocos y perversos resultados para la mayoría, incluida la destrucción de los recursos naturales.
Sin duda, un mensaje directo a la candidata Rouseff.
¿Tendrá Brasil un jefe de Estado mujer y, además, ecologista? Las Credenciales de Silva superan incluso eso.
Se crió en una familia pobre en el remoto estado amazónico de Acre, y ha sufrido durante años de enfermedades tropicales e intoxicación con metales.
En 1994, de 35 años de edad, fue elegida como la senadora brasileña más joven de la historia.
Con el tiempo se convirtió en una funcionaria pública con renombre por su firme defensa de la selva amazónica y sus habitantes, ganando muchos premios internacionales por su trabajo.
Durante sus cinco años como ministro de medio ambiente, Silva luchó por impulsar el desarrollo sostenible, con el argumento de que la Amazonía podría ser preservada y al mismo tiempo producir ingresos para sus habitantes empobrecidos.
Pero su perseverancia la alejó paulatinamente del equipo de Lula por oponerse a ciertos planes del gobierno en infraestructura y agricultura en las tierras amazónicas.
También se opuso a los cultivos modificados genéticamente y la energía nuclear.
Y un último detalle: Gilberto Gil, ex ministro de Cultura de Lula, quiere acompañar a Silva en su carrera a la presidencia como candidato a la vicepresidencia.
¿Tendrá Brasil una presidenta ecologista y un vicepresidente músico? Vía
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