En EcologíaBlog insistimos en el peligroso aumento de CO2 que produce la carne que consumimos.
Para nuestros lectores no es ninguna sorpresa que los gases metano sean una amenaza para la salud del planeta, ni tampoco la necesidad de convertirnos en vegetarianos para poder salvarlo.
Lo que no habíamos dicho hasta ahora es que la carne produce más de la mitad del porcentaje total de gases de efecto invernadero.
Así es, según un nuevo estudio, la ganadería causa daños al clima mucho más elevados de lo previsto hasta ahora.
En un artículo publicado por un grupo de reflexión del Worldwatch Institute (USA), dos asesores ambientales del Banco Mundial sostienen que en lugar de 18% de las emisiones globales están causados por la carne, la cifra real es de 51%.
Ellos afirman que las cifras de Naciones Unidas han subestimado gravemente los gases de efecto invernadero causados por decenas de miles de millones de vacas, ovejas, cerdos, aves y otros animales.
Unos gases que los autores del informe miden de forma distinta, y en tres áreas principales: el metano, el uso de la tierra y la respiración.
Los resultados del estudio ya han comenzado a provocar polémica.
Una controversia que se produce en medio de una opinión cada vez más generalizada entre expertos en cambio climático, partidarios de que la gente coma menos carne.
En el informe, Robert Goodland, ex asesor del medio ambiente del Banco Mundial, y Jeff Anhang, asesor actual, sostienen que los animales domésticos causan 32 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, una cifra muy por debajo de la que propuso la ONU, del 18% en su informe de 2006.
En palabras de estos expertos:Si nuestra cifra es correcta, sustituir los productos animales sería la mejor estrategia para revertir el cambio climático.
De hecho, este enfoque tendría efectos mucho más rápidos que posibles acciones para reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables.
(Traducción libre)Uno de los principales expertos sobre el cambio climático, Tara Garnett, concede credibilidad a los nuevos cálculos de este informe, pero también cuestiona sus mediciones de la respiración y el hecho de que se hubiera cambiado la medida para el ganado, pero no para otras fuentes de metano, lo que sesgaría las cifras.
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