Que los ecosistemas marinos son de una alta fragilidad es una cosa que ya no se le escapa a nadie (y, a quién sí, que se de una vuelta por el blog porque hemos tratado el tema muchas veces).
De hecho, sólo hace falta esperar unos meses, que llegue verano, y veamos esas legiones de medusas que tan bien se encuentran nadando en unas aguas que no deberían ser tan cálidas.
O ver cómo cada vez hay menor variedad de peces debido a la falta de posidonia marina.
Pero las cosas siempre pueden ir a peor y el Centro Danés para el Sistema Científico de la Tierra (-Danish Center for Earth System Science (DCESS)- lo ha corroborado: el cambio climático hará aumentar las zonas muertas de los océanos.
Cómo no les será muy difícil adivinar, una zona muerta es un espacio donde las condiciones para cualquier tipo de vida son malas o nulas.
En el océano esto se traduce en aguas donde hay bajos niveles de oxígeno, lo que afecta la existencia de peces o crustáceos.
Estas zonas se suelen concentrar actualmente en zonas costeras, principalmente debido a los residuos que llegan al mar.
Pero los científicos el DCESS alertan que si el cambio climático va en aumento, se podría llegar a encontrar zonas muertas en las profundidades del océano.
Básicamente, se trata de un proceso de desertificación marina.
El director de dicha investigación, Gary Shaffer, asegura que este proceso puede significar el fin del océano como una reserva de alimentos.
De hecho, Shaffer asegura que si el proceso sigue los modelos que han elaborado se estará frente a una de las mayores extinciones de seres vivos de la historia del planeta.
El director de la investigación sólo ve cómo solución echar el freno a los combustibles fósiles y, a parte, apoyar los experimentos de geoingeniería marítima para fertilizar las aguas con bajos niveles de oxígeno.
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