El presidente estadounidense Barack Obama expresó ayer martes en un comunicado que estaba decepcionado porque los republicanos habían detenido, en el Senado, una medida que pretendía eliminar el bajísimo límite económico vigente (75 millones de dólares) que las compañías petroleras pueden verse obligadas a pagar en caso de derrame o vertido en la acutalidad.
La medida, obviamente, iba encaminada a evitar que la petrolera BP, una vez más, minimizara sus responsabilidades.
En concreto, éstas fueron las palabras del presidente, que hace unos días mostró su tremendo enfado por el vertido de BP y que a través de estrechos colaboradores presionó a BP para que pagara por todos los daños ocasionados:Estoy decepcionado de que un esfuerzo para asegurar que las compañías petroleras paguen íntegramente los desastres que causan se haya estancado en el Senado de los Estados Unidos por razones partidistas.
Esta maniobra amenaza con provocar que los contribuyentes, en lugar de las compañías petroleras, sean quienes tengan que pagar futuros desastres como el derrame de petróleo de BP.
Insto a los republicanos del Senado a que abandonen política de intereses especiales y a que participen en un esfuerzo bipartidista para proteger a los contribuyentes y exigir responsabilidad a las compañías petroleras.
(Traducción libre)Estas declaraciones tuvieron lugar tras el segundo intento fallido en una semana, por parte de los demócratas en el Senado, de acabar con el límite máximo de responsabilidad bajo el que pueden refugiarse las compañías petroleras en caso de desastre para no pagar todos los daños que han causado (la ridícula cifra de 75 millones de dólares).
Como es obvio, los demócratas acusaron a los republicanos, que impidieron la reforma, de ponerse del lado de las grandes petroleras.
Los republicanos, por su parte, se excusaron de forma rastrera diciendo que con la medida propuesta se perjudicaría a los pequeños perforadores… Menuda excusa peregrina…Vía
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