Los antiguos egipcios pudieron haber estado expuestos a la contaminación del aire casi tanto como los seres humanos de hoy en día.
Un equipo de investigadores del Centro de Egiptología Biomédica de la Universidad de Manchester examinó 15 pulmones momificados y encontró en ellos muestras de partículas de contaminación en niveles no muy por debajo de lo que cabría esperar en los pulmones de una persona en la actualidad.
Algunas de las momias fueron trabajadores que vivían en un remoto lugar llamado Oasis Dakhleh, mientras que otras fueron nobles y sacerdotes o sacerdotisas.
La frase hecha de que todo tiempo pasado fue mejor queda una vez más desmentida por la ciencia.
No olvidemos que, según Torben Rick, arqueólogo de la Smithsonian Institution de Washington, los primeros aborígenes en Australia quemaban enormes extensiones de tierra para alterar el paisaje de forma que les fuese más fácil cazar a los animales.
Volviendo a las momias, las diminutas partículas microscópicas encontradas en sus pulmones han sido tradicionalmente vinculadas a una amplia gama de enfermedades, incluyendo enfermedades cardíacas, pulmonares y cáncer, pero también son identificadas como producto de las actividades de la era post-industrial, así que los antiguos egipcios pudieron haber sufrido de una amplia gama de enfermedades respiratorias.
De acuerdo con MSNBC, ya han sido detectadas enfermedades pulmonares con anterioridad en las momias egipcias.
Un caso notable fue documentado en la década de 1970 por Eddie Tapp, de la Universidad de Manchester, quien examinó los pulmones de una momia llamada nejt-anj, de 3.
800 años de antigüedad, y encontró que sus pulmones estaban en mal estado pese a que esta persona vivió hasta las 60 años.
Una posible explicación para la contaminación hallada en el organismos de estas momias es que las antiguas civilizaciones que poblaron lo que ahora es Egipto se dedicaban a trabajar los metales y a la minería, actividades que pueden generar contaminación atmosférica.
Además el clima de Egipto, azotado continuamente por tormentas de arena, es un hábitat que puede contribuir a los problemas respiratorios.
Vía
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