Ah, he aquí una leyenda doméstica por derecho propio y con impacto medioambiental: ¿las neveras usan más energía cuando están llenas de alimento? Es un asunto importante; uno puede suponer que mientras más se escape al frío, más trabajará el motor de la nevera para reponerlo, mayor el consumo energético, mayor la huella de carbono de nuestro hogar.
He conseguido lo más cercano a una respuesta oficial en la sección de preguntas medioambientales de The New York Times: las neveras no usan más energía cuando están llenas.
No una vez que los alimentos están fríos.
Claiborne Ray explica que los expertos comerciales coinciden en que la sección de enfriamiento debería mantenerse llena.
También el congelador debería mantenerse lleno, para que los alimentos puedan mantenerse congelados unos a otros.
Si no hay suficientes alimentos, se pueden meter cubetas de hielo.
La comida congelada –explica Ray- sobrevivirá a una falla de electricidad si está en un congelador lleno y la puerta se mantiene cerrada.
De la misma forma, si se colocan unas botellas de agua dentro de la nevera para llenar los vacíos –dejando siempre espacio para que circule el aire entre los alimentos- se minimizará la cantidad de aire caliente que el condensador debe enfriar cada vez que se abre la puerta.
Para evitar que el condensador trabaje extra –y, en consecuencia, consuma más energía- es recomendable no colocar alimentos húmedos sin tapa, de modo que la nevera no malgaste energía evaporando la humedad.
Demás está decir que colocar alimentos calientes es la peor de las ideas.
Es muy importante abrir las puertas lo menos posible, y mantener la temperatura de la nevera entre 37 y 40 grados Fahrenheit, y por debajo de los 5 grados Fahrenheit el congelador.
Vía
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