La cubierta de coral de la Gran Barrera de Arrecife, en Australia, se ha reducido en más de la mitad en los últimos 27 años como resultado de los ciclones tropicales, el blanqueamiento de los corales y el apetito de la creciente población de estrellas de mar corona de espinas (cots), que succionan todos los nutrientes de los corales.
La sección más norteña del arrecife, afortunadamente, no ha disminuido en general.
Tales son los resultados de un estudio desarrollado por científicos del Australian Institute of Marine Science y la Universidad de Wollongong, ambos en Australia.
Las tormentas y las estrellas marinas son responsable de la mayor parte de los daños que ha sufrido el arrecife.
La tendencia no es irreversible pero los pasos necesarios para detenerla implican un compromiso y esfuerzo que a demostrado ser difícil de lograr.
Para empezar, sería necesario controlar la población de la enorme Acanthaster planci, la segunda especie de estrella de mar del mundo, cuyas múltiples extremidades chupan todos los nutrientes a los corales.
Entre las medidas que se han puesto en práctica para paliar la infestación de estas estrellas de mar está la inyección de bisulfato de sodio y el desmembramiento, una por una.
Sin embargo, controlar la población de estrellas de mar no sería suficiente si no se consigue también estabilizar las condiciones climáticas y frenar el blanqueamiento de los corales.
Los arrecifes coralinas del Caribe tienen algunos enemigos diferentes pero igual de destructivos.
En septiembre la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza informó que menos de 10% del área de arrecifes de este Mar muestra corales vivos.
La sobreexplotación, la contaminación y el cambio climático son las causas.
Vía
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