El problema con los contenedores de reciclaje de residuos orgánicos es que, por el momento, son inútiles.
Explico: he hecho un recorrido por cuatro calles adyacentes a la plaza del ayuntamiento de mi barrio, revisando el contenido de los contenedores de tapa marrón.
Fruto de esa excursión son las fotos que ilustran este post -que muestran que el contenido incluye materia no orgánica y perfectamente reciclable en otros contenedores– y las siguientes hipótesis: Algunos de mis vecinos inmediatos no han comprendido la dinámica del reciclaje de residuos orgánicos o,Algunos de mis vecinos inmediatos no están interesados en el reciclaje de residuos orgánicos o,Algunos de mis vecinos inmediatos están decididos a sabotear el reciclaje de residuos orgánicos.
Nótese que me refiero a algunos de mis vecinos -porque hay quienes usan los contenedores correctamente- y sólo a vecinos inmediatos, es decir, a los residentes en las cuatro calles más cercanas a la mía.
No he querido extrapolar los resultados a toda la ciudad porque siempre cabe la posibilidad de que yo haya tenido el tino de mudarme al único barrio en el que la iniciativa de reciclaje orgánico no esté funcionando.
Si es así, y en todos los otros barrios el asunto va como la seda, por favor informadnos porque sería un hecho digno de un estudio sociológico.
Residuos orgánicosA mediados del año pasado, el ayuntamiento de mi ciudad presentó con fanfarria el nuevo contenedor marrón y debe haber gastado alguna pasta repartiendo a los ciudadanos un kit consistente en un receptáculo -marrón-, bolsas biodegradables y una pegatina para recordar qué tipo de residuos podían destinarse al contenedor en cuestión, a saber: restos de carne, pescado, fruta, verdura, cáscaras de huevo, de mariscos y de frutos secos, corchos, bolsas de té, borra de café, papel de cocina, restos de plantas y hierbas.
No sería la primera vez que las autoridades invierten el dinero en una idea con poco quórum (véase consulta para la reforma de la Avenida Diagonal o los árboles de Navidad que se alumbraban sólo si alguien pedaleaba una bicicleta, ambas en Barcelona), pero, nuevamente, puede que el fracaso esté focalizado en mi barrio.
Se supone que los residuos orgánicos van a un ecoparque en los que son pesados y separados para convertirse en biogás o compost.
Y yo me pregunto: cuando un operario se encuentra con una mezcla de plásticos, latas y ropa donde sólo debería haber materia orgánica, ¿qué hace? ¿Los separa? ¿Los envía a los residuos no reciclables? Misterio.
Fotografías
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