Como una orquesta que suena toda al primer golpe de batuta, así de sincronizadas despiertan la plantas en primavera.
Los primeros rayos de sol desencadenan una explosión de flores y vegetación que parecen obedecer una mágica orden del astro rey.
Todo un misterio …que ya no lo es tanto, pues científicos comienzan a entender cómo responden las plantas a la luz.
Los primeros rayos de sol primaverales provocan un masivo crecimiento verde, y todo ocurre como si alguien hubiera acccionado un interruptor para encender la vegetación y desatar un maravilloso festival multicolor.
¿Pero, qué ocurre en realidad, por qué se produce esta respuesta?Científicos del Departamento de Energía de EE.
UU (DOE) y de la Universidad de Wisconsin han abierto una ventana a este proceso.
Sus investigaciones han descifrado cómo cambia la estructura molecular de las plantas al percibir la luz.
Sus resultados ayudan a explicar cómo funciona este interruptor, un conocimiento que se podría utilizar para diseñar nuevas formas de modificar el crecimiento vegetal.
Estudios previos ya decían que las plantas tenían una estructura sensible a la luz, llamada fitocromo, y que éste existe en dos estados estables.
Cada estado es sensible a una longitud de onda (o color: tonalidades de rojos) ligeramente diferente.
Así, a medida que el fitocromo absorbe señales (fotones) de una longitud de onda determinada, cambia de forma y ayuda a las plantas para que sepan cuando florecer, producir clorofila, y crecer.
“El fitocromo es casi como interruptor de la luz de la naturaleza.
Averiguar cómo se enciende y apaga este interruptor por una señal tan sutil como un solo fotón de luz es fascinante.
”, dijo el biofísico Brookhaven Huilin Li, autor principal del estudio.
Justamente, en ello están estos científicos.
Lo hacen utilizando imágenes en 3D y programas informáticos, y ya han logrado reconstruir por primera vez una estructura detallada de un fitocromo.
Por ahora, los científicos sólo han estudiado la sensibilidad del fitocromo a la luz roja intensa, y están a la espera de ver cómo cambia la estructura tras absorber “luz roja lejana”.
Comparar las dos estructuras permitirá a los científicos saber más sobre los cambios moleculares como respuesta a la luz que reciben las plantas.
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