Los habitantes de la pequeña ciudad medieval de Neustadt an der Weinstrasse, situada en la región vitivinícola de Renania-Palatinado, en Alemania, a las puertas de la impresionante reserva natural del Bosque del Palatinado, actualmente reciclan cerca de 70% de los desechos que producen.
Según los datos de Eurostat, la oficina estadística comunitaria, cada español generó en 2009 547 kilos de basura, de los que fueron reciclados 82.
Es decir, 14%.
Las comparaciones no son odiosas, lo que no tienen es remedio.
En Neustadt, reciclar sale a cuenta.
De acuerdo con The Guardian, la mayoría de los 28 mil hogares de la ciudad tiene un contenedor de 60 litros para sus residuos no reciclados.
Este es recogido una vez cada quince días y cuesta a los hogares 6,60 euros en gastos de recaudación.
Si una familia opta por un cubo de 40 litros, esa tasa se reduce a 5,30 euros.
Por el contrario, si opta por un cubo de 240 litros, la tasa se eleva a 24 euros.
No hay más misterio detrás de tan alto porcentaje de reciclaje.
Como pasa en las ciudades españolas que tienen sistema de reciclaje, la basura es dividida en tres grupos: papel y cartón; vidrio; y plástico y latas de alumnio.
Este último grupo puede incluir espuma de poliestireno, envases de yogurt, papel de aluminio y Tetrabricks.
A aquellos que tienen jardín les es proporcionado un contenedor de compost para eliminar los residuos orgánicos.
En Barcelona, por ejemplo, existen contenedores públicos para los residuos orgánicos.
Insisto: no hay ningún misterio detrás detrás de tan alto porcentaje.
Sólo hay incentivos económicos y voluntad.
A un kilómetro de Neustadt hay un depósito de reciclaje adonde deben ser llevadas pilas, juguetes, madera, televisores viejos, latas de pintura y animales domésticos muertos.
Ajá, animales muertos.
La gente puede llevar a sus mascotas fallecidas, que son almacenadas en un contenedor refrigerado para luego ser fundidas en una instalación cercana para obtener su grasa, la cual es utilizada para producir, por ejemplo, protector labial de bolsillo.
No frunzáis el ceño, ¿de qué creéis que están hechos la mayoría de los jabones?Vía