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Oferta de empleo como guardián en barrera coralina

Se ofrece trabajo de guardián en la barrera coralina de la isla Hamilton, en Queensland, Australia.
Se trata del “mejor trabajo del mundo”: 150.
000 dólares australianos por seis meses, o 13.
000 euros al mes, por hacer de guardián en una isla paradisiaca.

Se trata de una campaña de publicidad del Departamento de Turismo del Estado de Queensland.

El anuncio se ha convertido rápidamente en noticia y está dando la vuelta al mundo.
Tanto, que no sólo se han hecho eco de ello muchos medios, sino que os juro, y-pongo-a-Dios-por-testigo, que hasta un buen amigo me envió hace un rato, y en plan serio, un e-mail con la oferta.

Se nota que la juventud está muy desesperada.
También canta a leguas que los publicistas que idearon el anzuelo no preveían, ni de lejos, tener un éxito tan abrumador: en el momento de escribir este post, la página donde se remiten los currículums de los aplicantes se encuentra colapsada…¿De verdad alguien quiere seguir escuchando las maravillas de ese curro? Yo, si queréis, escribo como si me lo tomara en serio, eh: que el curro consiste en estar al quite en un playa virgen no sea que la barrera coralina se mueva de sitio, en invitar a unos rones a Jack Sparrow en el chiringuito si pasa por ahí, en combatir al Capitán Garfio si osa atentar contra el “País de Nunca Jamás” en el que curras, etc.

Vale, lo de los piratas me lo he inventado.
Si viene alguno, será somalí fijo.
La verdad verdadera es que, anuncio en mano, además de los 13.
000 eurapios mensuales, te dan comida y alojamiento gratis.
Por si todo esto no logra convencerte, por lo menos te ofrecen un spa para ti solito.
Pero con las mismas, todo trabajo tiene sus miserias, y te obligan por contrato a viajar a otras islas paradisiacas cercanas, fastídiate.
¿Que no tienes pasta para llegar a Queensland? Te pagan el billete de avión.
Ellos dicen que es el “mejor trabajo del mundo”.
Pero a mí, eso que, por contrato, tengas que contar en un blog lo bien que te lo montas y lo mucho que disfrutas en las playas de Queensland, o que estés obligado a grabar videos mientras haces snorkel entre pececitos para colgarlo luego en internet, o que te veas forzado a compartir tus vivencias en islas vírgenes tropicales… Uf, no lo veo claro.
Yo pá eso me quedo en Ecologiablog, oye.
A todo esto, un aplauso para el publicista.
A eso se le llama publicidad viral.
Vía

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