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Los niños que recibieron leche materna se portan mejor

Las bondades de la lactancia materna siguen sorprendiéndonos.
No sólo es la alimentación más natural y beneficiosa para la salud presente y futura del bebé (incluso para la de la madre), sino que también ayuda a que los niños sean más inteligentes y se porten bien.

En un reciente estudio de la Universidad de Oxford, los científicos relacionan una buena conducta en niños de cinco años con un amamantamiento durante sus cuatro primeros meses de vida.
Por lo tanto, si se puede elegir, mejor bebés amamantados que alimentados con leche de fórmula, pues sus nutrientes no sólo protegen al organismo de una gran variedad de enfermedades y alergias, sino que también alimentan su buen comportamiento.

Al menos, es lo que concluyó esta investigación: bastó darles el pecho durante cuatro meses para reducir en un tercio el riesgo de convertirse en niños se portan mal (dicen mentiras, hacen pequeños hurtos) y sufren ansiedad e hiperactividad.
En comparación con niños alimentados con fórmula, un 16 por ciento problemáticos, se encontró que menos de la mitad de los alimentados con leche materna no padecían estos problemas, sin tener en cuenta otros factores como el entorno socioeconómico.

Por contra, cuando estos factores sí se consieraron, la reducción del riesgo disminuyó hasta el 30 por ciento, una cifra que también es significativa.
El estudio fue llevado a cabo por la Unidad Nacional de Epidemiología Perinatal de la Universidad de Oxford, y analizó a 9.
500 madres y a sus respectivos bebés.
Primero, se tomó nota del tipo de alimentación que recibían los recién nacidos, y posteriormente se realizaron encuestas a los padres para evaluar el comportamiento de los niños al cumplir los cinco años.
Así fue como se concluyó que la lactancia materna recibida durante, al menos, cuatro meses, tenía el potencial de reducir los problemas de comportamiento durante el crecimiento del niño.
¿Las razones? No se conocen de forma exacta.
Según el director del estudio, el doctor Quigley, “una de las posibles razones incluyen una mayor interacción entre la madre y el niño debido al contacto físico cercano desde una edad temprana”.
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