Resulta sorprendente que las bacterias dejen fósiles, y todavía más que éstos sobrepasen los 3.
400 millones de años de antigüedad.
Inverosímil pero cierto, en realidad.
Se trata de un reciente súper hallazgo científico en el noroeste de Australia, que confirma que en aquel momento hubo bacterias que lograron subsistir sin oxígeno.
Son los restos de vida más antiguos de la Tierra hallados hasta el momento, una evidencia de que entonces (un período en el que el oxígeno escaseaba y había altas temperaturas) ya había microorganismos pululando por el mundo, en concreto estas bacterias que necesitaban el sulfuro para sobrevivir.
Los fósiles se han encontrado en una de las playas más antiguas que existen, concretamente entre los granos de arena de una roca sedimentaria localizada en la asilada zona de Strelley Pool, región de Pilbara, por un equipo de investigadores de la Universidad de Australia Occidental y de la Universidad de Oxford.
El descubrimiento refuerza la teoría de que durante las primeras etapas de la Tierra, la supervivencia estaba ligada al sulfuro en el paso de un mundo no biológico a uno biológico.
Asímismo, los fósiles descubiertos aparecen pegados a cristales de minerales compuestos por sulfuro de hierro, que no serían otra cosa que el efecto de su actividad biológica o metabólica.
Actualmente, estas bacterias son muy comunes (se encuentran en acequias, en las fuentes de aguas termales y, en general, en distintos lugares con poco oxígeno), pero les separan miles de millones de años de las que dejaron su huella en aquella piedra australiana: “Podemos estar muy seguros de la antigüedad porque las rocas se formaron entre dos sucesiones volcánicas que reducen los cálculos sobre la edad a unos pocos millones de años”, señalan los científicos.
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