Fred Pearce se ha despachado en grande contra la Fórmula 1 y yo, desde este humilde espacio, le apoyo.
Porque, pese a las promesas pro ecológicas que se hicieron en este deporte hace unas temporadas –dice Pearce en su columna de The Guardian- quienes manejan el cortarro no han cumplido.
Entre otras cosas, con el reciclaje de energía.
Es oportuno que, antes de continuar, os introduzca a Mister Pearce.
Fred Pearce is un escritor sobre medio ambiente, columnista habitual del diario inglés The Guardian y autor del libro The Last Generation: How nature will take her revenge for climate change (la última generación: cómo la naturaleza se vengará por el cambio climático).
En su columna de The Guardian, Pearce ha iniciado una serie dirigida a desmantelar los casos más escandalosos de greenwash que nos rodean.
Y es así como le ha tocado el turno a la Fórmula 1.
Pearce recuerda como, en 2006, el presidente de la FIA, Max Mosley, prometió una revisión ecológica del deporte.
En ese momento dijo que nuevas reglas que exigirían tecnología ecológica se impondrían en 2009.
Entre ellas, requerir que los coches reciclasen la energía generada por el frenado (recuperación de la energía kinética).
Hace dos años dijo que estas nuevas reglas serían de acatamiento voluntario hasta 2011.
Y el año pasado, que no habría reglas hasta 2013.
A eso en algunos lugares le dicen correr la arruga.
Haciendo recuento de los resultados, Pearce destaca: Ferrari usó el sistema la semana pasada en Barcelona, BMW no.
McLaren-Mercedes y Renault la probaron al comienzo de la temporada.
El caso es que el reciclaje energético se ha utilizado para proveer a los coches de un rápido aumento de energía durante maniobras de adelantamiento, pero no para reducir el consumo de combustible.
Como dice Pearce, seguiremos esperando.
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