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Las elecciones en Reino Unido cierra la era de 14 años de gobiernos conservadores. Ahora la derecha está en una crisis tras obtener la peor derrota electoral de su historia. Con la caída de los conservadores pone fin a unos últimos años de convulsión constante, que comenzaron con el paso de Boris Johnson por Downing Street, recordado por sus fiestas en pandemia, y continuaron con la nefasta gestión económica de Liz Truss y la incapacidad de Rishi Sunak para enderezar la nave.
El cansancio de la gente da a los laboristas una mayoría absoluta. Todo ello por rechazo a los ‘tories’. Esto consiguió que su porcentaje de voto estuviera muy atrás de su anterior: muchos de sus votantes tradicionales prefirieron quedarse en casa.
De hecho los que fueron a votar lo hicieron por alternativas como Reform UK, del populista Nigel Farage. Es más, el partido antiinmigración consiguió en muchas circunscripciones superar a los ‘tories’ y ubicarse como segunda fuerza.
Sin embargo, no lo ha anunciado de manera oficial. Pero todo indica que Rishi Sunak abandonará la jefatura del Partido Conservador cuando haya dejado también el cargo de primer ministro. Ahora Sunak es rechazado por muchos de sus compañeros de partido. Dio explicaciones en su circunscripción de Richmond y Northallerton junto a su mujer. Allí admitió en el momento su fracaso. Aunque lo cierto es que él logró seguir con su escaño con una ventaja. «El Partido Laborista ha ganado estas elecciones y he llamado a Keir Starmer para felicitarlo por la victoria», dijo.
«Hoy, el poder cambiará de manos de manera pacífica y ordenada, con buena voluntad de todas las partes. Esto debe darnos confianza a todos en la estabilidad de nuestro país y su futuro», dijo. El primer ministro mantuvo que hay «mucho de lo que aprender y reflexionar» ante el retroceso de su partido, a la vez que remarcó que asume «la responsabilidad por la pérdida de muchos candidatos conservadores que han trabajado duro».
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