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Katalin Novák, presidenta de Hungría dimite tras controversia desatada por polémico indulto en un caso de pederastia.
La política húngara se encuentra en un momento crítico tras la dimisión de Katalin Novák, la presidenta de Hungría; después de la controversia desatada por el indulto que concedió a un directivo de un hogar infantil implicado en intentar ocultar casos de pederastia.
Esta decisión, que ha sacudido los cimientos del país, viene acompañada de la retirada de la vida pública de Judit Varga, exministra de Justicia y firmante del indulto.
«Pido perdón a aquellos a quienes he herido. Hoy hablo por última vez a ustedes como presidenta.
Dimito de mi cargo», anunció Novák en un emotivo vídeo transmitido por la televisión pública, marcando el fin de su mandato y desencadenando un terremoto político en Hungría.
Katalin Novak, una calvinista devota de 46 años, ascendió a la presidencia en 2022; apoyada por su fidelidad al primer ministro Viktor Orbán y su adhesión a los valores conservadores y nacionalistas del partido Fidesz.
Su carrera política, que comenzó en el ministerio de Exteriores en 2010 y la llevó a ser ministra de Asuntos de la Familia, fue impulsada por su alineación con las políticas de Orbán, incluyendo medidas para impulsar la natalidad y mantener la «tradicional familia cristiana» como pilar de la sociedad húngara.
El indulto que desató la polémica fue concedido en abril de 2023; coincidiendo con la visita del papa Francisco a Budapest.
Salió a la luz pública la semana pasada, generando un clamor por la dimisión de Novák.
La medida fue criticada por organizaciones y partidos políticos opositores; que la calificaron de «inaceptable».
En un intento por contener el escándalo, Orbán propuso una enmienda constitucional que prohibiría los indultos a condenados por crímenes contra niños, una propuesta vista como una crítica indirecta a la acción de Novák y Varga.
El viernes por la tarde, miles de ciudadanos húngaros se congregaron frente a la sede de la presidencia en el Castillo de Buda; exigiendo la dimisión de Novák y demostrando el profundo descontento con su gestión.
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