En el municipio José Joaquín de Herrera, Guerrero, México, entregan armas de fuego a niños; para intégralos a la policía comunitaria por la inseguridad y violencia que viven.
En una medida extrema ante la creciente violencia, niños de entre 11 y 15 años en el municipio José Joaquín de Herrera, Guerrero, han sido armados para proteger su comunidad.
Esta acción se da como respuesta a la desaparición de una familia el pasado 19 de enero, lo que ha alarmado a la comunidad local.
La comunidad indígena de Ayahualtempa; respaldada por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF), ha entregado armas a un grupo de 20 menores, incluyendo 5 niñas y 15 niños.
Luis Morales Rojas, miembro del Consejo del Gobierno Náhuatl y de la CRAC-PF, indicó que los jóvenes mayores participarán en la búsqueda de los secuestrados y los más pequeños realizarán labores de vigilancia.
Los menores han recibido instrucciones en el uso de rifles calibre 22 y escopetas de varios calibres.
La decisión de armar a los menores fue tomada por el Consejo Tradicional del Gobierno Náhuatl, el Comisariado de Bienes Comunales y la CRAC-PF, ante el incremento de la violencia en la región.
Morales Rojas acusó al grupo delictivo Los Ardillos de ser los responsables de los secuestros y ataques en la zona.
Las autoridades comunitarias afirmaron que las acciones de su policía comunitaria son legales y exigieron respeto por parte de las autoridades estatales y federales.
Señalaron que su función está avalada por la Constitución mexicana; la Constitución del estado de Guerrero; la Ley 701 de Derecho y Cultura Indígena; la Ley de Seguridad Pública de Guerrero y el Convenio 169 de la OIT.
La comunidad busca así reafirmar su derecho a la autodefensa en un contexto de inseguridad y violencia.
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