Un niño vive solo y sin el acompañamiento de adultos en un apartamento de un complejo de viviendas sociales en la localidad de Nersac, Francia.
Francia ha sido sacudida esta semana por un estremecedor caso de un niño que, entre los 9 y 11 años, vivió completamente solo tras el abandono de su madre.
Su madre lo dejó solo en su casa por irse a vivir con una amiga tras su divorcio.
El pequeño, residente en la localidad de Nersac, tuvo que enfrentarse a la dura realidad de cuidar de sí mismo a una edad en la que la mayoría de los niños dependen completamente de sus padres.
Se alimentaba como podía, a menudo de comida fría que a veces tenía que robar o que le proporcionaban vecinos del bloque de viviendas sociales donde residía.
A pesar de estas circunstancias adversas, el niño logró mantener una apariencia de normalidad que engañó a los servicios sociales y a su escuela.
Los servicios sociales y la escuela no lograron detectar la realidad que vivía el niño.
El niño se presentaba como un buen estudiante, cumplía con sus tareas y asistía a la escuela correctamente vestido.
Sin embargo; la alerta fue finalmente dada por algunos vecinos preocupados.
Ante esta situación, la alcaldesa de Nersac, Barbara Coutourier declaró a medios locales que retaba a cualquiera que pueda decir que hubiera detectado esa situación.
La madre, de 39 años, a pesar de defender su inocencia ante el tribunal; fue declarada culpable tras el testimonio de algunos vecinos y una exhaustiva investigación por parte de la fiscalía.
Las pruebas mostraron que en el apartamento no había indicios de la presencia de un adulto y el frigorífico estaba vacío.
Además, los registros telefónicos revelaron que la madre no pasaba las noches con su hijo ni lo acompañaba a la escuela, evidenciando así su prolongada ausencia.
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