Un devastador terremoto de magnitud 6,2 ha sacudido la región del noroeste de China, dejando un saldo trágico de al menos 118 personas muertas y más de 200 heridas.
El seísmo, cuyo epicentro se localizó en el condado de Jishishan, cerca de la frontera provincial entre Gansu y Qinghai; ha provocado daños significativos en edificaciones e infraestructuras.
El condado de Jishishan, en la provincia de Gansu, donde se situó el epicentro del terremoto, ha sido la zona más afectada por el desastre.
Las autoridades locales reportan un estado de emergencia, con edificios derrumbados, redes de comunicación destruidas, y servicios básicos interrumpidos.
Según los informes de la agencia de noticias estatal Xinhua, la distribución de las víctimas es alarmante.
En la provincia de Gansu, se ha confirmado la muerte de 100 personas, mientras que en la vecina Qinghai, otras 18 han perdido la vida.
En cuanto a los heridos, 96 se encuentran en Gansu y 124 en Qinghai.
Estas cifras podrían aumentar a medida que continúan las operaciones de rescate y se evalúan más áreas afectadas.
Los equipos de rescate están trabajando incansablemente en las operaciones de búsqueda y rescate.
Las autoridades han activado un nivel dos de respuesta a emergencias nacionales, lo que implica una movilización significativa de recursos y personal.
Además, se están llevando a cabo esfuerzos para reubicar a las víctimas y evaluar la seguridad de las infraestructuras restantes.
El presidente de China, Xi Jinping, ha hecho un llamado urgente para intensificar los esfuerzos de rescate y asistencia.
Ha pedido que se hagan todos los esfuerzos posibles para minimizar el número de víctimas y ha asegurado que el gobierno está comprometido en proporcionar toda la ayuda necesaria para superar esta tragedia.
Cinco muertos y casi 400 evacuados al chocar un avión comercial con una aeronave de la Guardia Costera en un aeropuerto de Tokio, Japón.
Análisis de las estrategias geopolíticas actuales en Europa y Oriente Medio