El ultraderechista Javier Milei toma posesión el domingo como presidente de Argentina, en un acto cargado de simbolismo y alejado de las convenciones.
En un acto cargado de simbolismo y alejado de las convenciones, el ultraderechista Javier Milei toma posesión el domingo como presidente de Argentina.
Toma de posesión de Milei
En un evento que rompió con las tradiciones habituales, el ultraderechista Javier Milei asumió el cargo de presidente de Argentina este domingo.
La ceremonia, realizada en la escalinata del Congreso de la Nación y no en el recinto legislativo, estuvo llena de simbolismos y marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historia política argentina.
Frente a una multitud de ciudadanos y ante la mirada de figuras internacionales como el presidente ucraniano Volodimir Zelenski; el rey Felipe VI de España y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro,
Milei proclamó el inicio de «una nueva era de paz y prosperidad en Argentina».
En su primer discurso, el presidente Milei se centró en la economía, criticando duramente al kirchnerismo y la «herencia» recibida. Anunció un ajuste fiscal significativo en el sector público, prometiendo reducir el gasto en 5 puntos del PIB, enfocando los recortes principalmente en el Estado y no en el sector privado.
Además, habló de la necesidad de enfrentar la inflación con medidas drásticas, descartando cualquier posibilidad de gradualismo.
Advertencia de tiempos difíciles
Milei advirtió que la situación en Argentina empeorará a corto plazo, reconociendo que el ajuste propuesto impactará negativamente en la actividad económica, el empleo, los salarios reales y aumentará el número de pobres e indigentes.
Sin embargo, se mostró optimista a largo plazo, asegurando que, tras un «reacomodamiento macroeconómico», la situación mejorará.
El mandatario describió una situación social alarmante, con la mitad de la población en la pobreza y un tejido social «completamente roto».
En cuanto a la sanidad, denunció un sistema colapsado, con hospitales en ruinas y salarios bajos para los médicos; lo que agravó la crisis de la pandemia de covid-19.
Milei aseguró que, aunque no buscará perseguir a nadie de la clase política, no permitirá que la hipocresía o la ambición de poder interfieran con los cambios elegidos por los argentinos.
Se mostró firme en sus convicciones y advirtió que no tolerará extorsiones.