El Tribunal Supremo de Rusia ha clasificado al movimiento LGTBI público internacional como «organización extremista», lo que efectivamente prohíbe todas sus actividades dentro del país.
El Tribunal Supremo de Rusia ha clasificado el jueves al movimiento LGBT internacional como «organización extremista» y prohíbe todas sus actividades públicas en el país.
Esta decisión, tomada a puertas cerradas por el juez Oleg Nefedov, se produce tras la petición del Ministerio de Justicia, que argumentó que el movimiento viola las leyes contra el extremismo y el odio social y religioso.
El magistrado Nefedov afirmó que la decisión no impacta el derecho a la privacidad de los ciudadanos ni conllevará consecuencias jurídicas negativas directas.
Sin embargo, la restricción se aplica a la difusión de propaganda; publicidad y cualquier intento de generar interés en la población, según informes de la agencia Interfax.
El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, ha expresado su profunda preocupación por este fallo.
Según Turk, esta decisión expone a cualquier persona que defienda los derechos LGTBI a ser etiquetada como extremista, con las graves repercusiones penales y sociales que esto implica.
Turk ha instado a las autoridades rusas a derogar estas leyes y a adoptar principios de igualdad y no discriminación.
Además, expresó su inquietud de que el término ‘extremista‘ pueda utilizarse para atacar a opositores potenciales, incluyendo políticos, activistas y periodistas.
Este fallo es el último en una serie de medidas represivas contra la comunidad LGTBI en Rusia.
La escalada comenzó en 2013 con la ley contra la ‘propaganda gay’, que pretendía proteger a los menores limitando los mensajes y actividades relacionados con la homosexualidad.
Posteriormente, la reforma constitucional de Rusia incluyó un veto explícito al matrimonio entre personas del mismo sexo; reforzando aún más las restricciones sobre los derechos LGTBI en el país.
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