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Así es la Noche del Diablo, una tradición llena de bromas y travesuras, fascinante y envuelta en cierto misterio y desorden.
El mes de octubre resuena con ecos de terror y festividades.
Mientras Halloween es ampliamente celebrado a nivel mundial, hay una noche menos conocida, pero igualmente intrigante, que precede a la festividad del 31 de octubre en ciertas regiones de Estados Unidos: La Noche del Diablo.
Una fiesta ampliamente conocida que se celebra el 30 de octubre en horas de la noche.
La Noche del Diablo, también conocida como «Devil’s Night», tiene sus raíces en Irlanda en 1880, donde las antiguas tradiciones se mezclaban con cuentos de duendes y hadas.
Sin embargo, es en el noreste de Estados Unidos, particularmente en estados como Detroit; Michigan; Nueva Jersey y Ohio, donde esta tradición ha cobrado vida y notoriedad.
La esencia de esta noche radica en las travesuras o «diabluras».
Algunas de estas bromas, lamentablemente, terminan en vandalismo o incendios, dándole ese ominoso nombre a la festividad.
En el corazón de esta tradición está la idea de realizar «diabluras» en el vecindario.
Desde inofensivas como lanzar rollos de papel higiénico en árboles y casas, hasta las más perjudiciales como iniciar incendios o vandalizar propiedades.
Con el objetivo de revertir la imagen negativa de la festividad y reducir los actos vandálicos, algunas ciudades han intentado darle un giro positivo a la celebración.
En Detroit, por ejemplo, la festividad fue rebautizada como «Angel’s Night» (Noche del Ángel).
Sin embargo, la festividad ha sido especialmente problemática.
La policía y los bomberos han implementado medidas para crear conciencia, como toques de queda para menores, intentando así controlar los excesos.
Un ejemplo de esto, es prohibiendo a los menores de 15 años la salida de sus casas de 8 pm a 6 am del día siguiente y a los jóvenes de 17 años de 9 pm a 6 am.
Esto, siempre y cuando no estén acompañados por un adulto responsable.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los bomberos y la policía para crear conciencia, los actos vandálicos y los incendios asociados a la Noche del Diablo no han cesado por completo.
A pesar de los intentos de redimir esta festividad, la Noche del Diablo aún resuena con un eco de travesura y caos.
En el 2017, en la ciudad de Detroit, por ejemplo, se reportaron por lo menos 21 incendios en la ciudad durante la celebración de esta festividad.
Sin embargo, con el tiempo y con el esfuerzo colectivo, es posible que esta celebración pueda encontrar un equilibrio entre la diversión inofensiva y el respeto por la comunidad.
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