Tres atentados suicidas a mezquitas en Mastung, la provincia de Jaiber Pajtunjua y Peshawar en Pakistán, deja más de 57 muertos y decenas de heridos.
Tres atentados suicidas en mezquitas de Pakistán dejan como saldo al menos 57 personas fallecidas y decenas de heridos.
Atentados suicidas en Pakistán
El pasado 29 de septiembre de 2023 quedará grabado en la memoria colectiva de Pakistán como uno de los días más letales de los últimos años.
Tres atentados suicidas contra las mezquitas se han registrado en Mastung, la provincia pakistaní de Jaiber Pajtunjua y en Peshawar.
El primer atentado, y sin duda el más mortal, se produjo en Mastung, en el remoto Beluchistán, una de las regiones más despobladas de Pakistán.
Al menos 52 personas perdieron la vida y unas setenta resultaron heridas durante una procesión que conmemoraba el nacimiento de Mahoma.
Testigos en el lugar narraron cómo el atacante suicida detonó sus explosivos junto a un coche de policía, precisamente en el acceso a la mezquita de Medina, cuando una multitud emergía del lugar sagrado.
En otro violento episodio, la provincia pakistaní de Jaiber Pajtunjua fue escenario de un segundo ataque suicida.
Dos terroristas se hicieron explotar, uno en el acceso y otro en el interior de una mezquita en la localidad de Hangu.
La detonación dentro del lugar de culto causó el colapso del techo, sepultando a muchos de los fieles presentes.
El saldo: al menos cuatro muertos y una docena de heridos.
La región de Hangu ya ha sido previamente azotada por violentos atentados, en particular contra la comunidad chií.
El último de los ataques se llevó a cabo en una mezquita en Peshawar, la capital de la provincia.
Afortunadamente, y a diferencia de los otros dos incidentes, no se han reportado víctimas mortales.
Orígenes de los atentados
Si bien aún no hay un culpable confirmado, las características de la embestida sugieren la mano de alguna organización terrorista wahabí o salafista.
Estas facciones, ancladas en una interpretación estricta y radical del islam, ven con malos ojos prácticas consideradas innovadoras, como celebrar el nacimiento del profeta Mahoma.
Aunque el Movimiento Talibán de Pakistán se ha distanciado del ataque, las miradas también se dirigen hacia el escurridizo Estado Islámico en Jorasán.
A pesar de que Beluchistán ha sido históricamente escenario de violencia política, el ataque dirigido a una manifestación de fe suní -considerando que los chiíes conmemoran el nacimiento de Mahoma cinco días después– ha despertado interrogantes entre las autoridades.
Cabe recordar que, hace un lustro, un líder de un partido islamista suní eludió un ataque en el distrito de Mastung, un incidente que fue atribuido al Estado Islámico.
La serie de ataques ha dejado no solo dolor y luto en Pakistán, sino también muchas preguntas sin respuesta sobre la seguridad y estabilidad del país.
La comunidad internacional ha expresado su repulsa y solidaridad con las víctimas.
