Un atentado en San Petersburgo ha terminado con la vida del famoso bloguero militar Vladlén Tatarski y ha dejado al menos 16 heridos.
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Un atentado en San Petersburgo deja muerto a un reconocido bloguero. Hay al menos 25 heridos tras la explosión.
Un atentado en San Petersburgo deja muerto a un reconocido bloguero
Un conocido bloguero militar prorruso ha muerto y otras 25 personas han resultado heridas este domingo 2 de abril en un atentado.
Lo han hecho con un artefacto explosivo en una cafetería en San Petersburgo. Este había pertenecido al empresario de la restauración y jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, según el diario local Fontanka. «La fuerza del artefacto explosivo era de más de 200 gramos de TNT (trinitrotolueno)», ha idicho una fuente de los cuerpos y las fuerzas de seguridad a la agencia oficial TASS.
560.000 seguidores en Telegram.
El gobernador de San Petersburgo, Alexandr Beglov, ha explicado que hay al menos 25 heridos, de los que 19 están ya hospitalizados. El Ministerio del Interior ha confirmado que la persona que ha fallecido es el conocido corresponsal de guerra Vladlen Tatarski. Las autoridades rusas han abierto un caso penal por «asesinato de una manera generalmente peligrosa». Tatarsky, cuyo verdadero nombre era Maxim Fomin, tenía más de 560.000 seguidores en Telegram. Luchó en 2014 en la autoproclamada república popular de Donetsk.
Frente Cibernético Z
Según Fontanka, en la cafetería organizaban los fines de semana actos del Frente Cibernético Z, que estaba asociado con Prigozhin. Este, según el Instituto para el Estudio Estratégico (ISD, por sus siglas en inglés), es una fábrica de trolls que está siendo utilizada para promover la propaganda rusa en redes sociales. El diario de San Petersburgo indica que este domingo 2de abril tuvo lugar uno de estos eventos con Tatarski en la dirección donde estaba la cafetería. «Se sabe que anteriormente la cafetería pertenecía a Yevgueni Prigozhin», ha escrito en su canal de Telegram.
De acuerdo con Fontanka, que cita a testigos de la explosión, uno de los invitados, una mujer supuestamente, trajo al corresponsal de guerra una estatuilla que contenía el explosivo.