El Papa Francisco permanecerá ingresado en el hospital Policlínico Gemelli de Roma por una infección respiratoria, según ha informado el Vaticano.
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El Papa Francisco es ingresado por una infección respiratoria. El Vaticano solo ha comunicado que el Papa estaba en el hospital para someterse «a algunos controles anteriormente programados».
El Papa Francisco es ingresado por una infección
Bergoglio lleva desde este miércoles 29 de marzo en el hospital Policlínico Gemelli de Roma por una infección respiratoria.
Todo ello según ha informado el propio Vaticano. A primera hora de la tarde, un comunicado oficial anunciaba la hospitalización del pontífice. Lo hicieron para llevar a cabo controles médicos que ya estaban programados con antelación. No obstante, a lo largo de la tarde ciertos medios italianos confirmaron que Francisco presentaba problemas cardiacos.
Además, presentaba fatiga respiratoria. El Vaticano ha informado de que el papa, de 86 años, tenía serias dificultades respiratorias en los últimos días .Además, ha informado que las pruebas habían demostrado que no tenía COVID-19, pero que tendrá que quedarse hospitalizado en los próximos días para recibir tratamiento.
El último comunicado del Vaticano
«El Papa Francisco está conmovido por los numerosos mensajes recibidos y expresa su gratitud por la cercanía y la oración». Así lo expone el último comunicado del Vaticano. Al comienzo, el Vaticano solo ha hecho saber que el Papa estaba en el hospital para someterse «a algunos controles anteriormente programados». Lo comunicaron sin mencionar cuánto tiempo estaría ingresado, ni la razón del ingreso. Por su parte, han confirmado que el ingreso es por un malestar imprevisto. De hecho, han cancelado todas las audiencias del pontífice del jueves 30 de marzo y el viernes 31. Según medios italianos, el papa recibirá diversos exámenes, entre ellos un TAC. Por su parte, tiene una máquina de gasometría arterial en su habitación para un control constante.
¿Podría abandonar La Iglesia?
Antes de acudir al hospital, Francisco ha presidido la habitual audiencia de los miércoles en la plaza de San Pedro. De hecho, hace unas semanas cumplió diez años de papado. De esta forma ha dejado la puerta abierta a una posible renuncia por motivos de salud en varias ocasiones. En julio afirmó que sus dificultades para caminar y su avanzada edad le iban a obligar a limitar su actividad. Además, añadió que estaría dispuesto a renunciar si los problemas de salud le impidieran dirigir la Iglesia. «A mi edad, y con esta limitación, tengo que ahorrar fuerzas para servir un poco a la Iglesia» o, de lo contrario, «pensar en la posibilidad de echarme a un lado», dijo.