Darío González es un sintecho conocido como ‘Lucas’ que tiene 71 años y lleva casi dos décadas viviendo bajo una alcantarilla en Colombia.
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Un sintecho lleva más de 18 años viviendo en una alcantarilla. ‘Lucas’, de 71 años, lleva casi dos décadas habitando en el interior de una alcantarilla en Bogotá.
Un sintecho lleva más de 18 años viviendo en una alcantarilla
Darío González es un sintecho conocido como ‘Lucas’. Tiene 71 años y lleva casi dos décadas viviendo bajo una alcantarilla ubicada en el centro de Bogotá, en Colombia.
Su historia es viral. Un youtuber lo encontró y filmó cada parte de su hogar bajo tierra.
Esto conmovió a muchos usuarios en internet. “Estamos hablando de hace 20 años. Yo vendía artesanías y como el artesano se mantiene en la cuidad en el norte y en el sur, encontré el lugar. Cosas de la vida, un nómada, un caminante, un hippie”, contó ‘Lucas’. La vivienda del hombre que está a 10 pies de profundidad, es muy estrecha pero tiene repisas, elementos decorativos, ropa y hasta unas tejas para cubrirse de la lluvia.
Un youtuber lo encontró y filmó cada parte de su hogar bajo tierra
“Hice la cama que es entablada, que se llama un camarote. Tengo los tapetes, tengo cero bacterias porque me tocó limpiar las paredes con ácido, cloro, borax, un químico para evitar que entren mosquitos, zancudos o se me llene la cámara de bacterias”, explicó. El colombiano se ha convertido en la leyenda subterránea de los últimos tiempos. Limpia todos los días su hogar y acepta que adaptarse a vivir bajo tierra tiene sus complicaciones.
Es muy querido por los vecinos de la zona
Hasta en dos ocasiones la policía colombiana ha tratado de echar a Lucas de la alcantarilla. Sin embargo, el hombre ha explicado para quedarse que la dueña de este espacio es una empresa de telecomunicaciones. Además, asegura, es muy querido por los vecinos de la zona.
Eso sí, también desveló los problemas de vivir en este lugar, de 2 metros cuadrados. Entre ellos cuenta con falta de oxígeno y presencia de animales. «El peor recuerdo es haber vivido con las ratas. Se me comían todo, rompían todo. Los zapatos, las cobijas…», admitió.