Una mujer en Portugal anuncia que se ha quedado embarazada de un hijo con el semen que criopreservó de su marido muerto en 2019.
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Una mujer logra quedarse embarazada de su marido muerto en 2019: «Fueron años de lucha para llegar aquí». Ángela Ferreira inició la lucha por la inseminación artificial post-mortem y tras varios intentos, ha anunciado que ha logrado quedarse embarazada.
Una mujer logra quedarse embarazada de su marido muerto en 2019
Angela Ferreira es una mujer que revindicó el uso de la inseminación post-mortem e inició un movimiento que lideró para conseguir que la inseminación fuese legalizada en Portugal.
Ahora anuncia que está embarazada de su marido, fallecido de cáncer en 2019. «Hoy finalmente comparto con todos vosotros la tan deseada noticia. Fueron años de lucha para llegar aquí, el proceso fue largo y doloroso… ¡Pero finalmente lo conseguimos! Con una alegría enorme y el corazón lleno comparto que ahora baten dos corazones dentro de mí». Ferreira inició una batalla en Portugal para conseguir que la inseminación post-mortem fuese legalizada. Todo después de que su marido Hugo falleciese de cáncer en 2019, tras dejar por escrito su deseo de que su mujer tuviese un hijo con el semen que criopreservó todavía en vida. Sin embargo, este tipo de inseminación no era legal en Portugal.
Inseminación después de la muerte
En 2020 emitieron lo sucedido en una serie documental de la cadena portuguesa TVI y consiguió movilizar a más de 100.000 personas para que firmasen una petición. De esta forma podrían trabajar en comunión para que la propuesta termine siendo discutida en el Parlamento. Tras varios proyectos de diferentes partidos, y con un veto presidencial de por medio, la inseminación post-mortem entró en vigor en Portugal. Lo hizo finalmente en noviembre de 2021. La norma permite que una mujer sea inseminada con el material genético de su pareja fallecida «en los casos de proyectos parentales expresamente consentidos». También sería en un periodo de entre seis meses y tres años tras la muerte.
¿Es legal?
Si el proceso finaliza con el nacimiento de un bebé, es considerado hijo del fallecido a nivel legal. Su ratificación convirtió a Portugal en uno de los pocos países europeos que permiten esta técnica, está prohibida en Suiza, Alemania, Italia o Francia pero legal en Inglaterra, Países Bajos o Grecia.