En Estados Unidos un niño de 5 años pasa durante más de 30 días con una pila alojada en su esófago tras ingerirla sin darse cuenta.
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Un niño de 1 año sobrevive más de un mes con una pila en el esófago. La pila estaba envuelta en cinta aislante, esto impidió su corrosión y salvó la vida del pequeño.
Un niño de 1 año sobrevive más de un mes con una pila en el esófago
El Mirror explica lo que le ocurrió a Luke McMillan. El menor era muy propenso a sufrir infecciones de oído extrañas. De hecho, a menudo frotaba sus orejas. Su madre, Erica, lo llevó a los médicos para que lo revisaran y le diagnosticaron una infección de oído.
Le recetaron antibióticos. El niño parecía mejorar y de hecho estaba mejorando. Sin embargo Luke tenía problemas para tragar alimentos sólidos y los devolvía. Los padres de Luke decidieron cambiar su dieta de sólidos a líquidos para asegurarse de que comiera.
Decidió llevarlo a otro pediatra que pidió una radiografía del tórax de Luke
«Simplemente asumimos que era un efecto secundario porque ya lo había hecho antes«, reflexionó la madre. Sin embargo, después de que el niño acabara su ciclo de antibióticos, seguía sin poder tragar objetos. Erica lo volvió a llevar al médico, que dijo que probablemente era un problema de reflujo. Sin embargo, la madre sabía que pasaba algo más. Decidió llevarlo a otro pediatra que pidió una radiografía del tórax de Luke. «Les vi poner una mirada extraña», dijo Erica. Los médicos preguntaron si Luke había tragado una moneda o si usaba un collar con un botón, a lo que ella respondió que no. El niño de Arizona terminó de urgencia en el hospital.
El final
«Los médicos decían, ‘no hay forma de que sea una pila porque comienzan a corroerse en tan solo dos horas'», explicó Erica. Los médicos explicaron a los padres de Luke que tenía algo plateado en el pecho. Sin embargo, dijeron que sería peligroso sacar ese objeto sin una cirugía completa. Empezó la operación y una hora después, uno de los médicos salió y le dijo a Erica que habían encontrado una batería de litio pegada al interior del esófago de Luke. La pila estaba envuelta en cinta aislante, y se cree que eso fue lo que le salvó la vida al niño, según los médicos. La pila había permanecido alojada en la garganta de Luke durante cinco semanas y había dañado el tejido esofágico, que los cirujanos intentarán reparar ahora.
