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Un menor mata a un niño con la pistola de su padre tras perder a un videojuego. Sucedió así: va a su casa, saca una pistola y mata a su compañero de clase.
El hecho lo registraron en una tienda que alquila consolas y videojuegos. Entonces el menor agresor se molestó porque otro niño identificado como Samuel, de 11 años, le ganó una partida. Por ello fue a su casa, tomó una pistola de sus familiares y regresó al local para dispararle.
El menor mató de un disparo en la cabeza a su compañero de clase, un año mayor. Todo ello por ganarle en un videojuego, en una pobre región del estado de Veracruz, este de México. Sucedió el domingo 15 de enero en la tienda que alquila consolas y videojuegos. “Lo único que pido es que me ayuden a hacer justicia, porque mi hijo murió por culpa de los padres de ese niño que mató a mi hijo, porque es una falta de responsabilidad dejar una pistola en la mesa como si fueran cosas de comer”. Así lo dijo a la prensa Leticia, la madre del niño fallecido, durante el sepelio del martes, 17 de enero.
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, calificó como “triste” el hecho de que un niño tenga acceso a un arma. “Tiene que actuarse apegado a derechos para ver las responsabilidades por el arma, porque sin duda hay responsabilidades”, explicó el lunes, 16 de enero. A comienzo de enero, en Estados Unidos, un niño de seis años disparó contra su maestra en una escuela del estado de Virginia, hiriéndola de gravedad. Veracruz es uno de los estados más violentos de México por las disputas entre narcotraficantes y de éstos con fuerzas de seguridad.
Desde 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva antidrogas, han registrado unos 340.000 asesinatos y decenas de miles desaparecidos. La mayoría atribuidos al crimen organizado. Este caso que ha tenido lugar en México reabre el debate sobre la capacidad de los videojuegos de fomentar la agresividad entre los más pequeños.
Cinco muertos y casi 400 evacuados al chocar un avión comercial con una aeronave de la Guardia Costera en un aeropuerto de Tokio, Japón.
Una mujer llamada Susan solicitó el divorcio después de mirar una foto tomada con su familia y descubrir un terrible secreto.