Muere el ‘Indio del Hoyo’, considerado como el último indígena de Brasil

Muere el hombre considerado el último de un grupo indígena que vivía en la zona de Tanaru en Brasil, en el estado de Rondônia.

Muere el ‘hombre del hoyo’ considerado el indígena de Brasil más solitario. Pasó 30 años solo en la selva. El hombre era el último de un grupo indígena que vivía en la zona de Tanaru en el estado de Rondônia, situado en la frontera con Bolivia.

Muere el ‘hombre del hoyo’ considerado el indígena de Brasil

Era conocido como el ‘Hombre del Agujero’ porque cavaba agujeros a modo de trampa para atrapar animales o hacer escondites. Encontraron su cuerpo el 23 de agosto en una hamaca frente a su choza de paja.

No había signos de violencia. Creen que murió por causas naturales a una edad estimada de 60 años. El hombre era el último de un grupo indígena que vivía en la zona de Tanaru en el estado de Rondônia, cerca de Bolivia.

Muere el indígena de Brasil más solitario

Consideran que la mayoría de su tribu desapareció. La asesinaron ya en la década de 1970 por ganaderos que querían expandir sus tierras. En 1995, seis de los miembros restantes de su tribu murieron en un ataque de mineros ilegales, lo que lo convirtió en el único sobreviviente. La Agencia de Asuntos Indígenas de Brasil supo de su supervivencia en 1996 y había estado monitoreando el área desde entonces por su propia seguridad. Durante una salida rutinaria un agente encontró el cuerpo del indio cubierto de plumas de guacamayo en una hamaca afuera de una de sus chozas de paja. El experto indígena Marcelo dos Santos dijo a los medios locales que pensó que el hombre se había puesto las plumas a sí mismo, sabiendo que estaba a punto de morir. «Estaba esperando la muerte, no había signos de violencia», dijo. Explicó que el indígena probablemente había muerto entre 40 y 50 días antes de que se encontrara su cuerpo.

Funai

Le realizarán una autopsia para intentar determinar si había contraído alguna enfermedad. Como había evitado cualquier contacto con extraños, no se sabe qué idioma hablaba ni a qué grupo étnico podría haber pertenecido. En 2018, integrantes de la Funai lograron filmarlo durante un encuentro casual en la selva. En las imágenes, le podemos ver cortando un árbol con algo parecido a un hacha.