Una de la peores pesadillas de Vladimir Putin puede convertirse en realidad de forma inminente al adherirse Suecia a la OTAN.
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El gobierno de Suecia acelera el trámite para el ingreso en la OTAN. Turquía está intentando frenar la adhesión y por ello ha pedido a Finlandia y a Suecia que revisen sus políticas tolerantes hacia el Partido de Trabajadores de Kurdistán.
Suecia acelera los trámites para entrar en la OTAN
Vladimir Putin está viendo como nueva expansión de la OTAN hacia el este amenaza directamente su guerra en Ucrania. Una lucha puerta a puerta con San Petersburgo que podría llegar más pronto que tarde.
Lo cierto es que reunión informal de ministros de Exteriores de la Alianza Atlántica este fin de semana en Berlín tuvo unos resultados prometedores para Suecia y Finlandia. Ambos países históricamente neutrales quieren entrar en la OTAN ante la actual amenaza rusa ya que requieren ahora de una buena organización militar. Finlandia anunció este domingo 15 de mayo su intención de entrar en la OTAN, mientras que Suecia, el Partido Socialdemócrata, encabeza un Gobierno en solitario en minoría, también lo comunicó. Lo hizo al término de una reunión extraordinaria de su cúpula que apoyará el ingreso del país nórdico en la OTAN.
¿Qué tiene que hacer Suecia para entrar en la OTAN?
La ampliación de la OTAN necesita del consenso de los 30 estados socios y hasta ahora la única que había mostrado reparos era Turquía. Sin embargo, las reuniones en Berlín parecen haber conseguido apuntar bien el camino y tranquilizar a Turquía en sus exigencias. «Confío en que seremos capaces de encontrar un terreno común, un consenso sobre cómo avanzar en las cuestiones relativas a la adhesión«, dijo el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg a los periodistas. Posteriormente añadió que estaba en contacto con el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu.
La oposición de Turquía
La postura de Turquía es contraria a la entrada de los dos países escandinavos, a los que acusa de ser «santuarios de terroristas». Habla de su postura laxa ante los miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en guerra con el estado turco y que está en la lista de organizaciones de terroristas de la Unión Europea. Sin embargo, lo que parecía una oposición frontal la semana pasada ha ido acercando hacia posturas más conciliadoras.